Cuando hablamos del pasado, nos referimos a todo el tiempo que transcurrió hasta la actualidad (el presente). Mirando el pasado de las sociedades humanas, podemos remontarnos muy atrás (muchos millones de años atrás) hasta el origen del hombre, el comienzo de la vida en la Tierra o el origen del universo.
Esta característica de la historia, de extenderse en un pasado tan profundo que nos cuesta tomar dimensión de él, a menudo dificulta su estudio y su aprendizaje.
Los fenómenos que analiza la historia pueden ser de tipo
económico, político, social, artístico, cultural o religioso y se diferencian
entre sí por ser de corta, media o larga duración. Los de corta duración son
hechos puntuales, llamados también acontecimientos, que se producen en unas
horas o días, la caída de las torres gemelas . Se considera un fenómeno de
media duración, los que son coyunturales y se desarrollan en un período de
pocos años, como la I Internacional. Por último, los de larga duración, son los
estructurales y su desarrollo puede durar hasta siglos, tal es el caso del
conflicto entre Palestina e Israel.
La historia y su conexión con otras ciencias
Se considera que la historia es una ciencia porque intenta
ser lo más objetiva posible, dar un conocimiento demostrativo de los hechos,
buscando pruebas que respalden sus conclusiones. Dichas pruebas se recogen a
través de diferentes métodos, los cuales pueden ser de alta especialización
(tecnología de punta desarrollada para extraer información de determinada
fuente) o procedimientos matemáticos (estadísticas, y datos que se extraen de
la sociedad y permiten analizar de la forma más empírica posible un fenómeno).
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